BIOGRAFIA DE SARATOGA
En el erano de 1992 nace en adrid Saratoga, de la mano del carismático guitarrista Jerónimo Ramiro, pieza clave del rock estatal de los ochenta, junto al bajista Niko Del Hierro, enrolado entonces en Barón Rojo. Con el objetivo de plasmar su propio estilo, tendiente hacia el heavy metal, comienzan a componer temas a la par que prueban a diferentes músicos para cubrir los puestos de cantante y batería. A finales de ese mismo año se consolida su primera formación con Antonio Domínguez a las voces, y, a la batería, tras el fugaz paso de Marcos Parra, otro conocido personaje de la escena estatal, Joaquín Arellano “El Niño”, que se incorporaba a la formación tras la disolución de Muro. Durante los primeros meses del 93 el grupo comienza a actuar por diversos escenarios, en ocasiones acompañando a bandas consagradas, avalados por el éxito de crítica y público que tuvo su recién grabada maketa. Pero a mediados de año se produce un cambio significativo en la formación por el que el joven Antonio Domínguez, cuyo estilo no se adaptaba a lo que Saratoga buscaba, deja paso a otra gran estrella de nuestro rock de la década anterior, Fortu, cantante de Obús. Esta entrada ayuda si cabe a dar un mayor renombre a la formación, que por entonces se la etiquetó como reunión de maestros, dado el bagaje anterior de sus componentes. Graban una nueva maketa que les sirve para generar una cada vez mayor expectativa a su alrededor, mientras sus temas ya eran coreados en sus numerosos directos, a la par que su nombre se hacía cada vez más habitual entre los medios especializados, a pesar de que su estilo se alejaba bastante del que por aquél entonces imperaba en la escena nacional.
La reputada carrera de sus músicos y la expectación creada por la banda en sus inicios son argumento suficiente para que la discográfica Avispa ate al grupo a finales de 1994, a raíz de lo cual se embarcan en la preparación del primer trabajo. En Octubre de 1995 ve por fin la luz su álbum debut, Saratoga, integrado por buena parte de los temas que se incluían en su repertorio habitual en directo, destacando Loco, que ya entonces era todo un clásico de la formación. A raíz de su publicación comienzan a girar por todo el estado, actuando incluso en reconocidos festivales, si bien los resultados no son los esperados, lo que poco a poco comienza a mermar las ilusiones de parte de la banda, en especial de Fortu. A mediados de 1996, como preludio a su siguiente LP, deciden editar un disco integrado por versiones de clásicos del rock nacional de los 80. Bajo el nombre de Tributo se publica así este original homenaje a las bandas más representativas de la década anterior. Pero ese mismo día la noticia corre como la pólvora, Fortu Sánchez, cantante de Saratoga, decide abandonar la formación. La inminente gira que se les avecinaba les lleva a buscar un sustituto con la mayor rapidez posible, lo que se concreta con la entrada de Gabriel Boente, un cantante poco conocido pero a pesar de ello con unas condiciones más que sobradas. Este cambio, no obstante, provoca un retraso significativo en el nuevo disco que llevaban tiempo preparando, por lo que no será hasta Octubre de 1997 cuando Mi Ciudad vea la luz. La evolución comienza poco a poco a ser notable, y el estilo de la banda va tendiendo ligeramente del rock duro hacia ese heavy metal que en un principio Jero y Niko tenían en mente. El disco obtiene una buena acogida, abanderados por un tema ya convertido en clásico como es el propio que da nombre al trabajo, junto a otros de la talla de Perro Traidor.
Sin embargo el ambiente se va enrareciendo en el seno del grupo, lo que desemboca en la salida del mismo, a finales de 1998, de Gabriel y Joaquín. La noticia hace extender el rumor de la posible disolución definitiva de Saratoga, a lo que Jero y Niko responden evitando el desánimo con la búsqueda de nuevos integrantes. A través del reputado batería Luis García contactan con uno de los alumnos aventajados de su academia, Daniel Pérez, el cual es rápidamente seleccionado para integrarse en la formación. Sin embargo, para el puesto de cantante deciden tomarse mayor tiempo, con el objetivo de cubrirlo con alguien que se adaptara de manera definitiva al proyecto del grupo, tanto en estilo como en cualidades y carisma. Tras una larga selección, el joven Leo Jiménez pasa a convertirse en el nuevo front-man de la banda. Rápidamente comienzan la gestación de su cuarto trabajo que, a mediados de 1999, se publica bajo el nombre de Vientos De Guerra, encuadrado totalmente dentro de un heavy metal directo y contundente, que refleja mucho más la verdadera personalidad que la banda pretendía lograr. En plena emergencia de dicho movimiento en nuestro país, las nuevas incorporaciones consiguen engranar perfectamente, cosechando exitosas actuaciones a lo largo de su extensa gira nacional que les lleva a participar, como cambio de última hora, en el Viñarock 2000 con una destacada presencia. En Mayo de ese mismo año, como colofón a la gira, deciden editar la actuación que realizan en la Sala Caracol de Madrid, configurando un doble álbum bajo el título de Tiempos De Directo. Tras la participación con Painkiller en el homenaje a Judas Priest, continúan recorriendo de una punta a otra todo el estado durante el 2001, repitiendo éxito en el Viñarock, a la par que se consolidan entre los grandes grupos del heavy metal nacional. Esto les posibilita la grabación de su sexto trabajo, Agotarás, un disco mucho más ambicioso que les coloca definitivamente, a comienzos del 2002, a la cabeza del movimiento heavy de nuestro país, y cuya sensacional acogida les embarca en la grabación dela versión en inglés del LP, con el objetivo de asaltar el mercado internacional.
La reputada carrera de sus músicos y la expectación creada por la banda en sus inicios son argumento suficiente para que la discográfica Avispa ate al grupo a finales de 1994, a raíz de lo cual se embarcan en la preparación del primer trabajo. En Octubre de 1995 ve por fin la luz su álbum debut, Saratoga, integrado por buena parte de los temas que se incluían en su repertorio habitual en directo, destacando Loco, que ya entonces era todo un clásico de la formación. A raíz de su publicación comienzan a girar por todo el estado, actuando incluso en reconocidos festivales, si bien los resultados no son los esperados, lo que poco a poco comienza a mermar las ilusiones de parte de la banda, en especial de Fortu. A mediados de 1996, como preludio a su siguiente LP, deciden editar un disco integrado por versiones de clásicos del rock nacional de los 80. Bajo el nombre de Tributo se publica así este original homenaje a las bandas más representativas de la década anterior. Pero ese mismo día la noticia corre como la pólvora, Fortu Sánchez, cantante de Saratoga, decide abandonar la formación. La inminente gira que se les avecinaba les lleva a buscar un sustituto con la mayor rapidez posible, lo que se concreta con la entrada de Gabriel Boente, un cantante poco conocido pero a pesar de ello con unas condiciones más que sobradas. Este cambio, no obstante, provoca un retraso significativo en el nuevo disco que llevaban tiempo preparando, por lo que no será hasta Octubre de 1997 cuando Mi Ciudad vea la luz. La evolución comienza poco a poco a ser notable, y el estilo de la banda va tendiendo ligeramente del rock duro hacia ese heavy metal que en un principio Jero y Niko tenían en mente. El disco obtiene una buena acogida, abanderados por un tema ya convertido en clásico como es el propio que da nombre al trabajo, junto a otros de la talla de Perro Traidor.
Sin embargo el ambiente se va enrareciendo en el seno del grupo, lo que desemboca en la salida del mismo, a finales de 1998, de Gabriel y Joaquín. La noticia hace extender el rumor de la posible disolución definitiva de Saratoga, a lo que Jero y Niko responden evitando el desánimo con la búsqueda de nuevos integrantes. A través del reputado batería Luis García contactan con uno de los alumnos aventajados de su academia, Daniel Pérez, el cual es rápidamente seleccionado para integrarse en la formación. Sin embargo, para el puesto de cantante deciden tomarse mayor tiempo, con el objetivo de cubrirlo con alguien que se adaptara de manera definitiva al proyecto del grupo, tanto en estilo como en cualidades y carisma. Tras una larga selección, el joven Leo Jiménez pasa a convertirse en el nuevo front-man de la banda. Rápidamente comienzan la gestación de su cuarto trabajo que, a mediados de 1999, se publica bajo el nombre de Vientos De Guerra, encuadrado totalmente dentro de un heavy metal directo y contundente, que refleja mucho más la verdadera personalidad que la banda pretendía lograr. En plena emergencia de dicho movimiento en nuestro país, las nuevas incorporaciones consiguen engranar perfectamente, cosechando exitosas actuaciones a lo largo de su extensa gira nacional que les lleva a participar, como cambio de última hora, en el Viñarock 2000 con una destacada presencia. En Mayo de ese mismo año, como colofón a la gira, deciden editar la actuación que realizan en la Sala Caracol de Madrid, configurando un doble álbum bajo el título de Tiempos De Directo. Tras la participación con Painkiller en el homenaje a Judas Priest, continúan recorriendo de una punta a otra todo el estado durante el 2001, repitiendo éxito en el Viñarock, a la par que se consolidan entre los grandes grupos del heavy metal nacional. Esto les posibilita la grabación de su sexto trabajo, Agotarás, un disco mucho más ambicioso que les coloca definitivamente, a comienzos del 2002, a la cabeza del movimiento heavy de nuestro país, y cuya sensacional acogida les embarca en la grabación dela versión en inglés del LP, con el objetivo de asaltar el mercado internacional.
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