BIOGRAFIA DE LUJURIA
Al principio de los años 90 se forma en la ciudad de Segovia una banda que revolucionaría los esquemas del heavy metal nacional con su fusión de textos sexuales y ritmos contundentes. Bajo el definitorio nombre de Lujuria, y procedentes algunos de sus miembros de otras bandas segovianas como TYC o Acido, tras algunos cambios iniciales, se consolidaría en 1993 la formación con Oscar Sancho como cantante, Jesús Sanz “Chepas” a la guitarra solista, Julio Herránz “Julito” como guitarra rítmica, Javier Gallardo al bajo y César Frutos “El Oso” a la batería. Tras una primera maketa, ese mismo año graban una segunda, Un Poquito de Rock & Roll, que comienzan a distribuir por los medios especializados, y, avalados por un tema como el que da nombre a la misma, el grupo empieza a dejarse notar en la escena rockera. Su tercera maketa, Estrellas del Porno, marcará claramente la temática principal en la que el grupo ahondará en todos sus discos, además de permitirles actuar en el emotivo concierto homenaje a La Abuela Rockera, la abuela Angeles, en la mítica sala Canciller de Madrid junto a bandas consagradas del rock duro estatal, fiel indicio del interés que Lujuria comenzaban a despertar.
En 1995 se embarcan en la grabación de su primer LP, Cuentos Para Mayores, totalmente autoproducido y editado bajo la distribuidora BOA. Con sus letras erótico-festivas y su combinación de heavy metal y rocanrol, temas como La Costilla de Adán, Estrella del Porno o La Gorda les hacen darse a conocer en el panorama rockero de la península, extendiendo sus directos más allá de su Segovia natal. De la mano de Txus, de Mago de Oz, entran en contacto con la discográfica Locomotive, una joven compañía que empezaba a apostar fuerte por el heavy metal nacional, con la que se les ofrece grabar su segundo trabajo. De esta manera se edita en 1997 República Popular del Coito, muy en la línea de su anterior disco, pero grabado y apoyado por mejores medios, lo que sin duda repercute de manera positiva en que la banda continúe con paso firme ganando terreno y actuando en cada vez mayor número de lugares, gracias en parte a la entrada de los hermanos Sanz Vallés como mánagers del grupo, motivando su posterior inclusión en la agencia de management Alacrán Producciones.
Su gira Sex On Tour da paso a la preparación de su tercer trabajo, consolidados en Locomotive, para el cual se plantean la inclusión de nuevas armonías e instrumentos con los que enriquecer el sonido del grupo. Sin embargo, en medio de este proceso, sufren el robo de todos sus instrumentos, lo que sin duda supone a la formación segoviana el golpe más duro de su carrera, llegando incluso a plantearse abandonar el proyecto. Por fortuna recuperan el material, pero la grabación del nuevo disco se les echa encima, con lo que con más rabia que nunca se embarcan de nuevo en los estudios Box de Madrid para dar forma en 1999 a Sin Parar de Pecar, un álbum con un carácter más marcado por el heavy metal, pero en el que quizás las premuras de tiempo y los contratiempos anteriores motivan que el resultado no refleje los planteamientos realmente esperados. Lejos de amilanarse, con temas como Sperman, Corazón de Heavy Metal o el clásico de Obús Vamos Muy Bien, donde el propio Fortu aporta su garganta en la grabación, la banda emprende una nueva gira, De Cama En Cama Tour, que les conduce por todos los rincones del país a la par que el grupo se coloca a la vanguardia del renacer del heavy estatal. Intervienen en el tributo nacional a Iron Maiden, Transilvania 666, y culminan la gira con una exitosa actuación en el Rock Machina 2000.
En el 2001, con la incorporación de Lilith a los teclados, la banda graba su cuarto LP, Enemigos de la Castidad, sin duda el disco más maduro y trabajado, enraizado en un Heavy Metal más evolucionado donde las composiciones de El Oso se conjugan con los mordaces textos de Oscar, ahondando en nuevas melodías y temas más elaborados como Cinturón de Castidad, Carne de Cañón o María Martillo, además del homenaje a Barón Rojo con la versión de Larga Vida Al Rock’n’Roll. El disco supone el salto definitivo para la banda, llegándose a editar en Hispanoamérica, y llevándoles en el 2002 a una exitosa gira que les consagra de manos de un directo provocativo y contundente hábilmente conducido por Oscar Sancho, uno de los frontmans más carismáticos del estado, haciendo de Lujuria una de las alternativas más sólidas y originales de la escena metálica nacional.
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