BIOGRAFIA DE ÑU
A finales de 1974 una joven banda madrileña llamada Fresa, con José Carlos Molina, voz y flauta, y Rosendo Mercado, guitarra, al frente, decide salir del circuito de fiestas de los pueblos para dar un nuevo rumbo a su carrera aprovechando el cada vez mayor número de temas propios compuestos. De esta forma cambian el nombre del grupo por el de Ñu, debutando en directo en Febrero de 1975 para alzarse como ganadores del Trofeo Festivales Pop. En 1976 se publica un single, “Que Nadie Escape A La Evolución”, por la multinacional RCA, ante el desconocimiento del propio grupo, si bien la repercusión es mínima. La ausencia temporal de Rosendo para realizar el servicio militar provoca que su puesto lo ocupe un nuevo guitarrista, erigiéndose desde entonces Molina como líder único de la banda, lo que unido a su fuerte y conflictivo carácter motivará no sólo la salida de Rosendo en 1977 poco después de su reincorporación, sino la de un sinfín de músicos que compondrán formaciones distintas en cada uno de los álbums que grabe la banda, con José Carlos Molina como único miembro fijo a lo largo de toda su trayectoria. En Octubre de 1978, junto a Sini, Jean F. André, Jorge Calvo y Enrique Ballesteros, graba su primer LP, Cuentos de Ayer y de Hoy, para la discográfica Chapa. Su mezcla de hard rock con instrumentos folk como la flauta o el violín darán lugar a temas tan emblemáticos como Algunos Músicos Fueron Nosotros, colocándoles a la vanguardia del nacimiento del rock estatal.
Dos años más tarde verá la luz su segundo trabajo, A Golpe de Látigo, resultado de fundir el heavy metal con el rock sinfónico, con una formación donde se incorporan otros ilustres músicos como Jerónimo Ramiro, Chiqui Mariscal y Miguel Angel Collado. Avalado por El Flautista, el tema más emblemático en la historia de la banda, la acogida de público y prensa especializada no puede ser más favorable. Sin embargo la sucesión de escándalos protagonizados por Molina les lleva a una situación complicada ante la compañía, que apenas apuesta por la banda, por lo que con el presupuesto que les destinan para la grabación de un single deciden editar un LP completo, publicándose de esta forma en 1983 Fuego, un disco mucho más enraizado en el heavy y que, a pesar de las pobres condiciones técnicas reflejadas en el mismo, supone un revulsivo en la carrera de la banda, dada la gran aceptación que genera con temas como Más Duro Que Nunca o Nessa. Esto les permite la grabación en 1984, ya con mejores medios, de Acorralado Por Ti, disco que las premuras de tiempo motivan que sea compuesto en pocos días, lo que no evita que continúe la línea ascendente en cuanto a ventas de la cambiante formación, que en ese momento incorpora a Eduardo Pinilla, gracias, entre otros, a temas como Ella o Perseguido.
Pero los conflictos con la compañía y la falta de interés de la misma llevan a Molina a exigirles la carta de libertad, con la que se embarcan en un nuevo proyecto, la grabación, en 1986, de su primer álbum en directo, No Hay Ningún Loco, en la sala Canciller de Madrid con la intervención de numerosos músicos que formaron parte de la propia banda en el pasado. Editado por Barrabás, se convierte en el disco más vendido del grupo, rozando el disco de oro, alzando a Ñu a uno de los mejores momentos de su carrera. Un año después publican El Mensaje del Mago, que supone un cambio hacia sonidos menos duros, lo que no impide la presencia de temas tan destacables como Una Copa Por Un Viejo Amigo o Robin Hood. En 1988, rodeado por una agria polémica con la discográfica, se edita Vamos Al Lío, un disco más rockero plagado de grandes canciones como Trovador de Ciudad, La Granja del Loco o Tocaba Correr, además de una nueva versión de un viejo tema de Molina y Rosendo, El Tren Azul, de sobra conocido por la anterior versión grabada por Leño. En 1990, en medio de batallas jurídicas con Barrabás, y en un panorama poco proclive para el rock duro nacional, editan su trabajo más potente bajo el sello Avispa. Con el nombre de Dos Años de Destierro y completando Jero, Niko del Hierro y Enrique Ballesteros la formación, obtienen buenos resultados, pero la tormentosa gira que le sucede desemboca en la ruptura total de Molina con el resto de la banda, compañía y agencia de management. Esto le lleva a plantearse el futuro de Ñu y a embarcarse en un proyecto en solitario, bajo el nombre de José Carlos Molina y Los Robagallinas con Luis García, Carlos Kakutani y Javier Rocaberti.
No obstante en 1992 decide dar vida de nuevo a Ñu y, con la formación que le acompañaba en Los Robagallinas, graban su segundo disco en directo, Imperio de Paletos, nuevamente en la sala Canciller, en un esperado regreso. En 1994 entran de nuevo en estudio para grabar La Danza De Las Mil Tierras, disco con el que perfilan más hacia el folk su sonido, y tras el cual se edita 20 Años y Un Día para conmemorar sus dos décadas de existencia, con un doble álbum en el que regraban temas clásicos junto a rarezas del grupo. Dos años después da lugar a su trabajo más intimista, La Taberna Encantada, un disco acústico en el que adaptan algunos temas clásicos junto a nuevas composiciones, y al que sucede una atípica gira por pubs y pequeños locales, más acordes a su personal trabajo, la cual se verá reflejada en una limitada grabación bajo el nombre de La Noche Del Juglar. En el año 2000 la edición de Cuatro Gatos, con el regreso a la formación de Pedro Calvo, les devuelve de nuevo a la actualidad más rockera, endureciendo de nuevo su sonido. Un año más tarde, coincidiendo con el 25 aniversario de la banda, se publica un disco recopilatorio, Colección, además de un álbum tributo, Homenaje A Ñu, grabado por numerosas bandas de la escena rockera estatal. Le sucede una gira a nivel nacional que les lleva a repetir actuación en el Viñarock, en las ediciones 2001 y 2002, entre las que intercalarán un nuevo disco, Réquiem, que marcará sin dudas el retorno de la banda más veterana de nuestro rock a su época más heavy.
Dos años más tarde verá la luz su segundo trabajo, A Golpe de Látigo, resultado de fundir el heavy metal con el rock sinfónico, con una formación donde se incorporan otros ilustres músicos como Jerónimo Ramiro, Chiqui Mariscal y Miguel Angel Collado. Avalado por El Flautista, el tema más emblemático en la historia de la banda, la acogida de público y prensa especializada no puede ser más favorable. Sin embargo la sucesión de escándalos protagonizados por Molina les lleva a una situación complicada ante la compañía, que apenas apuesta por la banda, por lo que con el presupuesto que les destinan para la grabación de un single deciden editar un LP completo, publicándose de esta forma en 1983 Fuego, un disco mucho más enraizado en el heavy y que, a pesar de las pobres condiciones técnicas reflejadas en el mismo, supone un revulsivo en la carrera de la banda, dada la gran aceptación que genera con temas como Más Duro Que Nunca o Nessa. Esto les permite la grabación en 1984, ya con mejores medios, de Acorralado Por Ti, disco que las premuras de tiempo motivan que sea compuesto en pocos días, lo que no evita que continúe la línea ascendente en cuanto a ventas de la cambiante formación, que en ese momento incorpora a Eduardo Pinilla, gracias, entre otros, a temas como Ella o Perseguido.
Pero los conflictos con la compañía y la falta de interés de la misma llevan a Molina a exigirles la carta de libertad, con la que se embarcan en un nuevo proyecto, la grabación, en 1986, de su primer álbum en directo, No Hay Ningún Loco, en la sala Canciller de Madrid con la intervención de numerosos músicos que formaron parte de la propia banda en el pasado. Editado por Barrabás, se convierte en el disco más vendido del grupo, rozando el disco de oro, alzando a Ñu a uno de los mejores momentos de su carrera. Un año después publican El Mensaje del Mago, que supone un cambio hacia sonidos menos duros, lo que no impide la presencia de temas tan destacables como Una Copa Por Un Viejo Amigo o Robin Hood. En 1988, rodeado por una agria polémica con la discográfica, se edita Vamos Al Lío, un disco más rockero plagado de grandes canciones como Trovador de Ciudad, La Granja del Loco o Tocaba Correr, además de una nueva versión de un viejo tema de Molina y Rosendo, El Tren Azul, de sobra conocido por la anterior versión grabada por Leño. En 1990, en medio de batallas jurídicas con Barrabás, y en un panorama poco proclive para el rock duro nacional, editan su trabajo más potente bajo el sello Avispa. Con el nombre de Dos Años de Destierro y completando Jero, Niko del Hierro y Enrique Ballesteros la formación, obtienen buenos resultados, pero la tormentosa gira que le sucede desemboca en la ruptura total de Molina con el resto de la banda, compañía y agencia de management. Esto le lleva a plantearse el futuro de Ñu y a embarcarse en un proyecto en solitario, bajo el nombre de José Carlos Molina y Los Robagallinas con Luis García, Carlos Kakutani y Javier Rocaberti.
No obstante en 1992 decide dar vida de nuevo a Ñu y, con la formación que le acompañaba en Los Robagallinas, graban su segundo disco en directo, Imperio de Paletos, nuevamente en la sala Canciller, en un esperado regreso. En 1994 entran de nuevo en estudio para grabar La Danza De Las Mil Tierras, disco con el que perfilan más hacia el folk su sonido, y tras el cual se edita 20 Años y Un Día para conmemorar sus dos décadas de existencia, con un doble álbum en el que regraban temas clásicos junto a rarezas del grupo. Dos años después da lugar a su trabajo más intimista, La Taberna Encantada, un disco acústico en el que adaptan algunos temas clásicos junto a nuevas composiciones, y al que sucede una atípica gira por pubs y pequeños locales, más acordes a su personal trabajo, la cual se verá reflejada en una limitada grabación bajo el nombre de La Noche Del Juglar. En el año 2000 la edición de Cuatro Gatos, con el regreso a la formación de Pedro Calvo, les devuelve de nuevo a la actualidad más rockera, endureciendo de nuevo su sonido. Un año más tarde, coincidiendo con el 25 aniversario de la banda, se publica un disco recopilatorio, Colección, además de un álbum tributo, Homenaje A Ñu, grabado por numerosas bandas de la escena rockera estatal. Le sucede una gira a nivel nacional que les lleva a repetir actuación en el Viñarock, en las ediciones 2001 y 2002, entre las que intercalarán un nuevo disco, Réquiem, que marcará sin dudas el retorno de la banda más veterana de nuestro rock a su época más heavy.
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